¿Qué es el Coaching?

El coaching es un proceso metódico que promueve el aprendizaje y facilita cambios conceptuales, emocionales y conductuales, y que amplía la capacidad de tomar acción del individuo en función de la consecución del objetivo propuesto.

Siempre pone el foco en la ayuda al aprendizaje de la persona. Esto quiere decir que el coach realiza un proceso muy diferente al de enseñar. No indica a su  coachee(persona que recibe el coaching..) qué es lo que tiene que hacer. No da consejos, no juzga. Tampoco indica soluciones, ni marca el camino adecuado. Únicamente  interviene para que el individuo pueda considerar e interpretar, tomando consciencia sobre la situación que quiere resolver.
El papel del coach es realizar aquellas preguntas que inciten a reflexionar, a replantear la situación de forma crítica y a cuestionar las creencias, llegando a transformar en cuestionable lo que antes se considera como indiscutible. Se basa en el llamado método socrático.
Sócrates acuñó con el concepto “Mayéutica”, que significa” dar a luz”. Se le atribuye esta denominación porque su madre  era matrona y él tenía el pensamiento que el saber era igual que dar a luz un nuevo conocimiento. Es la adquisición de ese conocimiento a través del cuestionamiento. Es una práctica consistente en ir haciendo preguntas a una persona para conseguir que llegue al conocimiento a través de sus propias conclusiones y no mediante lo ya aprendido con significados previamente conceptualizados. Tanto la mayéutica, como el coaching, se basan en la creencia en el potencial interior de cada persona, y parten de la idea de que la verdad está oculta en el interior de uno mismo.
El coaching se fundamenta en el principio de la autonomía de la persona y está orientado a que el coachee  adquiera una total responsabilidad tanto por las  acciones  realizadas, como por los resultados obtenidos. El coach acompaña y apoya durante el proceso de aprendizaje que facilita a la persona el ejecutar las acciones necesarias para lograr los objetivos que se ha propuesto alcanzar. No se trata de un método con el que sin el esfuerzo ni el trabajo  se obtengan resultados instantáneos, pero si uno con el que se obtienen resultados sostenibles en el tiempo. Este proceso está claramente orientado a la acción y la consecución de los resultados. Desde el momento en que se fragua una sólida colaboración coachee-coach, los logros son visibles de forma rápida. Esto inspira y motiva a afrontar nuevos retos, ya que la persona:

-Aplica aptitudes de las que no era consciente.

–Aprende a potenciar sus puntos fuertes, sacándoles el máximo partido.

–Encuentra soluciones y respuestas que estaban en su interior y pasaban ante sus ojos sin percibirlas.

–Amplía su capacidad para analizar más alternativas que las logradas hasta el momento.

–Consigue superar sus creencias limitantes.

–Fortalece su autoestima y autoimagen.

–Consigue la capacidad y autonomía necesarias para superar con éxito en el futuro otras situaciones similares, mediante el conocimiento adquirido.

El coaching está plenamente enfocado a la acción eficaz. Una acción que es el resultado de la búsqueda de vías de solución a los problemas que se plantean en las sesiones. Este método de optimizar nuestro rendimiento con logros concretos es uno de los pilares del desarrollo personal y de la autoestima que se obtienen con el coaching.

Después de un proceso de coaching, la persona adquiere un método de aprendizaje y análisis que le sirve no solo para alcanzar la meta del proceso en cuestión, sino todas sus metas futuras.

 

¿Cómo se desarrolla un proceso de Coaching?

Durante la primera sesión se materializará la toma de contacto inicial, en la que se aclaran las primeras dudas, se formalizan los acuerdos de confidencialidad y es donde plantearás a tu coach qué esperas conseguir con el coaching. Analizaréis conjuntamente cuál es tu situación actual  y dónde y cómo quieres estar al finalizar el proceso.

Durante el proceso, las sesiones se suelen realizar con una periodicidad quincenal a lo largo de un periodo comprendido entre 4 y 6 meses. La duración se sitúa en torno a  1 hora, aunque tanto esta como la frecuencia, normalmente se pactan con anterioridad y dependiendo de las necesidades de cada persona. En el transcurso de cada sesión se evalúan las acciones puestas en marcha y se planifican otras nuevas. El coaching es acción, por ello al finalizar nuestra conversación, tendrás que responsabilizarte de ejecutar las tareas que tú mismo/a te asignarás, y de presentarlas en el plazo convenido.

 Las sesiones se llevaran a cabo en el lugar en el que te encuentres  más cómodo/a, para que tu coach te escuche atentamente y puedas responder desde tu interior a preguntas que te harán reflexionar.  Aunque personalmente prefiero las sesiones presenciales, no es preciso estar físicamente cara a cara para poder hacer una sesión y, en caso de ser necesario, se pueden hacer mediante Skype ó por teléfono.

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