Practicar de la gratitud, y su inmediato hermano, el aprecio, ha comenzado a infiltrarse poco a poco en los lugares de trabajo de numerosas organizaciones, desde las nuevas starts-ups hasta instituciones más antiguas como Sopas Campbell , cuyo ex director general llegó a escribir 30,000 notas de agradecimiento a sus empleados. Aunque la investigación sobre la gratitud y el reconocimiento ha comenzado a desarrollarse en las últimas dos décadas, los estudios disponibles todavía son limitados, si bien son muy reveladores.

Los resultados hasta ahora vinculan la gratitud y el reconocimiento con más emociones positivas, menos estrés y menos problemas de salud, un mayor sentido autoeficacia, menos días de enfermedad, mejora de la empatía y una mayor satisfacción con nuestro trabajo y nuestros compañeros.

Al expresar agradecimiento a los colegas, tal vez podrías puede sentirte incómodo o incluso en desacuerdo con algunas culturas del lugar de trabajo. Muchas organizaciones han estado desarrollando formas innovadoras para superar esas barreras. Basándose en la reciente investigación existente sobre la gratitud en el trabajo, se han identificado estrategias concretas y significativas para poner en marcha esta práctica. Los resultados sugieren que la construcción de culturas de gratitud y aprecio puede transformar nuestras vidas laborales, lo que lleva a conexiones más profundas entre nosotros y con el trabajo que estamos realizando.

Los investigadores definen el aprecio como el acto de reconocer la bondad en la vida. En otras palabras, ver los aspectos positivos en eventos, experiencias o en otras personas (como nuestros compañeros de trabajo). La gratitud va un paso más allá: reconoce que las cosas positivas en nuestras vidas, como el éxito en el trabajo, a menudo se deben a fuerzas externas a nosotros mismos, en particular a los esfuerzos de otras personas.

Pero, este tipo de pensamiento puede parecer algo contracultural en un entorno tan elevadamente competitivo como el actual, caracterizado entre otras cosas por el ámbito de las jerarquías y las promociones, donde todos intentan salir adelante incluso a expensas de otros y pueden ser reacios a reconocer la dependencia de sus compañeros de trabajo o a expresar sus emociones hacia ellos.

Tenemos tendencia a imaginar las organizaciones como lugares transaccionales donde se supone que debes ser “profesional”, por lo que erróneamente podríamos llegar a pensar que no es profesional traer cosas como el perdón, la gratitud o la compasión al lugar de trabajo.

Sin embargo, los estudios realizados sugieren que la gratitud y el aprecio contribuyen a crear la clase de entornos de trabajo donde los empleados realmente quieren trabajar y no se sienten como simples engranajes en una máquina.

El aprecio es una piedra angular en la que se sustenta la cultura de Southwest Airlines, nombrada por Forbes como una de las Mejores Empleadoras de América, ocupando el número 13 del año 2018. Una forma en que la compañía muestra su aprecio hacia sus los empleados es prestando atención a eventos especiales en sus vidas personales, desde graduaciones de niños hasta matrimonios y enfermedades familiares. Y reconoce todos estos acontecimientos con pequeños gestos como permisos retribuidos, flores y tarjetas. Southwest parece entender lo que la investigación ha demostrado: la gratitud tiende a surgir en los lugares de trabajo con más «apoyo organizativo percibido», donde los empleados creen que la compañía valora sus contribuciones y se preocupa por su bienestar. Y cuidar significa valorar la salud y la felicidad de los empleados por su propio bien, y que estos perciban que se quiere realmente lo mejor para ellos y no solo como una forma de ganar horas de trabajo más largas y una mayor productividad.

Usar la gratitud como una puerta de entrada

La gratitud no es la única habilidad emocional que podría ser valiosa para una organización moderna. También podemos esperar construir lugares de trabajo emocionalmente inteligentes y empáticos, donde los empleados practiquen el reconocimiento, la compasión y el perdón. Y demostrar gratitud podría ser un camino directo hacia la consecución de estos objetivos.

Se ha descubierto que, para la mayoría de las personas, practicar la gratitud es atractivo, práctico, placentero y divertido.

Los estudios demuestran que los empleados agradecidos están más preocupados por ejemplo, por la responsabilidad social. También realizan más comportamientos de «ciudadanía organizacional»: actos amables que no forman parte de la descripción habitual de su trabajo y responsabilidades, como dar la bienvenida a nuevos empleados y completar las tareas de los compañeros de trabajo.

De hecho, la gratitud y la amabilidad parecen formar un círculo positivo que se retroalimenta en el lugar de trabajo. La gratitud conduce a un comportamiento altruista, y está demostrado que la oportunidad de ayudar a otros y ser de utilidad, es una causa es una de las principales fuentes de satisfacción en el ámbito laboral.

Cuatro claves para la gratitud en el trabajo.

Sin embargo, no todos los intentos de introducir gratitud en el lugar de trabajo dan como resultado declaraciones genuinas o actos de pura generosidad.

Hay muchas razones por las que las iniciativas de gratitud podrían no darse bien… pueden parecer poco sinceras, o un gesto simbólico al bienestar de los empleados que se puede anunciar en folletos corporativos. Algunas personas pueden desconfiar a la hora expresar gratitud y reconocer su deuda con otras, viendo esto como un signo de debilidad. Incluso si el programa de implantación es generalmente bien recibido, algunos empleados podrían sentirse excluidos si rara vez reciben gratitud o reconocimiento. Y, por supuesto, en el ajetreado y moderno lugar de trabajo, los programas para fomentar la gratitud y el aprecio pueden parecer otra tarea añadida más, para la que los empleados no tienen tiempo.

Pero los líderes e investigadores del lugar de trabajo han identificado algunas estrategias para evitar estos escollos y aprovechar los beneficios de un entorno laboral más agradecido. Estos son cuatro de sus mejores consejos.

La gratitud es sobre toda la persona.

Algunas iniciativas de gratitud no hacen nada nuevo: simplemente replantean los programas de reconocimiento, que han existido durante mucho tiempo y se han ido aparcando. El reconocimiento premia el desempeño y los logros, lo que se logra como trabajador, mientras que el aprecio reconoce su valor inherente como persona. Es la diferencia entre celebrar un récord de ventas o aplaudir un espíritu atento, honesto, comprometido y servicial.

Por lo tanto, el aprecio tiene que ver con las personas y su valor, creando un entorno donde los sujetos se sienten valorados y apreciados por lo que son, no solo por lo que hacen.

La gratitud no es café para todos

Otro error común cuando las empresas introducen programas de gratitud es asumir que todos quieren ser apreciados de la misma manera. El lenguaje de aprecio de cada individuo es diferente, y corremos el riesgo de falta de comunicación si asumimos que a todos les gusta recibir una tarjeta de agradecimiento, un permiso, un café o un elogio público, Todos queremos ser apreciados por cosas diferentes, porque todos somos diferentes. Los lugares de trabajo pueden reunir a personas diversas con diferentes tipos de estilos de comunicación, antecedentes y experiencia, y es nuestro cometido reconocer las fortalezas personales de nuestros colegas, incluso si esas fortalezas son diferentes de las nuestras.

La gratitud debe ser practicada por los líderes.

En una cultura que valora el ajetreo, la competitividad y el éxito, las personas pueden sentirse culpables y autoindulgentes si se toman tiempo para meditar en el trabajo o llevan un diario de gratitud. Parece que cuanto más ocupados estemos, más exitosos seremos. La implantación de los programas de gratitud, debe iniciarse desde la cúpula de la organización y será necesario ser perseverantes y dedicar tiempo en el inicio, y verlo como una buena inversión, a cambio del bienestar que se espera obtener.

Lograr que los líderes participen, comunica que la gratitud y el bienestar son realmente importantes para la organización y es catalizador para que el resto del equipo acabe haciendo lo mismo

La gratitud tiene que ser parte de la cultura organizacional

Una de las claves para un programa exitoso es la consistencia y la perseverancia, como ya se ha dicho. Por ejemplo, agregar una práctica breve de gratitud a las reuniones del personal o infundir las comunicaciones internas con gratitud es algo de lo más importante.

En última instancia, se trata de crear una cultura en la organización en torno a la gratitud. Las organizaciones deben, como referencia, tratar bien a sus empleados y, además, también necesitan desarrollar programas que les ayuden a ver todos estos aspectos positivos.

Sin embargo, al mismo tiempo, la gratitud no es algo que se pueda forzar…Realmente se consolidará cuando también se adopte de abajo hacia arriba, cuando los empleados tomen la iniciativa y practiquen la gratitud y el reconocimiento con sus propios colegas y equipo a su cargo como algo habitual, tras haber desarrollado las habilidades necesarias para detectar todo lo bueno que puede ocurrir a su alrededor en un día cualquiera en el trabajo.