Antes de ponerte a trabajar el desarrollo de la motivación de tu equipo de colaboradores, necesitas comprender primero cuál es su enfoque motivacional. Y específicamente, lo que necesitas es conocer si están más enfocados en aquello que perderían si no tienen éxito, o lo que ganarían si lo alcanzan. Es decir si están más enfocados en la prevención, o en la promoción. Es importante conocer las diferencias entre estas dos enfoques motivacionales, para poder dirigir a cada cual de forma adecuada. Y no se trata del famoso tópico “ver el vaso medio vacío ó medio lleno”, yo siempre digo que el vaso siempre está lleno, bien de agua, de aire o mitad y mitad….Vamos a ver cómo actúan estos dos tipos de motivación en el ámbito organizacional, y estoy seguro que sobre la marcha, vas a encontrar rasgos que son inherentes en algunas de las personas de vuestros equipos.

 

En primer lugar, cuando vemos nuestro objetivo en términos de aquello que podríamos perder, estamos enfocados en prevenir. En cambio, si lo vemos como aquello que podemos ganar, entonces estamos poniendo el foco de nuestra motivación en la promoción. En otras palabras, es saber si preferimos no perder ó ganar.


Las personas enfocadas en la prevención se preocupan por la seguridad, la estabilidad, por evitar los errores y cumplir con sus responsabilidades. Tienden a trabajar de forma algo lenta, pero precisa y siempre parecen estar preparados para lo peor. También pueden sufrir ansiedad por plazos de entrega estrictos, cuando las cosas van mal y no se sienten cómodas con los cambios ni probando cosas nuevas. Encuentran seguridad en la rutina.
Las personas enfocadas en la promoción, trabajan rápido y aportan ideas y sugerencias constantemente. Les gusta asumir responsabilidades y riesgos. Su tendencia es a pensar “en el mejor de los casos”, y acaban perdiendo fuerza si no reciben un feedback positivo, pues necesitan reconocimiento.
Es evidente que cada uno de nosotros, estamos enfocados en ocasiones en promoción y en otros momentos nuestro foco se dirige a la prevención, pero también tenemos una de estos dos enfoques como dominante.

Por lo tanto, si puedes descifrar cuál de ellas es la que predomina en tu equipo, podrás dotarlo de recursos motivacionales más eficaces, adaptando tus instrucciones y estilo de comunicación, a sus necesidades.

 

Os voy a poner un ejemplo utilizando el mundo del futbol. En uno de los equipos de las ligas inferiores de Alemania, el equipo técnico estuvo preparando a sus jugadores para soportar la presión de una tanda de penaltis al final de un partido. Para ello utilizaron dos estrategias. A la mitad de los jugadores se les dijo: -Vais a tirar en cinco ocasiones, y vuestra obligación es no fallar más de dos veces”. En cambio al otro grupo se le dijo: -“Vais a lanzar cinco veces, y vuestro objetivo es marcar al menos 3 veces”. Interesante verdad, a ambos grupos les pidieron los mismo, pero con un sutil cambio semántico a la hora de definir el objetivo, que permitió a los jugadores cumplir mejor su cometido al recibir instrucciones orientadas a su enfoque motivacional. Los jugadores enfocados en prevención, el primer grupo, recibieron las instrucciones como advertencias. Estos lanzadores fueron los defensas y los porteros en su mayoría, mientras que los enfocados en promoción, segundo grupo, fueron primordialmente jugadores más ofensivos y recibieron las instrucciones como una oportunidad.

Las personas enfocadas en prevención, trabajan adecuadamente los detalles y desarrollan bien tareas de carácter estructurado. Las personas enfocadas en promoción, tienden a ser más innovadoras, prácticas y creativas, que orientadas al detalle.
Cuando el enfoque motivacional de las personas se alinea con su trabajo, y utilizas un estilo de comunicación ajustado a sus necesidades se produce el contexto que descifra el misterio de la motivación laboral.
Para tener un equipo motivado, empieza por conocer y comprender su enfoque motivacional. A modo de resumen:

1-Descifra y descubre su enfoque dominante.

2-Alinea tu estilo comunicativo con las necesidades del equipo.

3-Asegurate de que los roles que has asignado, tienen sentido.

Por ultimo recuerda que tu equipo de colaboradores, también puede ser como un equipo de futbol, en el que se necesitan tanto defensores, como atacantes. Solo debes saber determinar en cada momento en que posición debe jugar cada uno, para poder dominar el partido.