En un entorno como el actual, tremendamente competitivo y sometido a constantes procesos de cambio, existe un progresivo interés por parte de los consumidores acerca de la conducta ética de las empresas con las que se relacionan de forma habitual.

La exigencia de esta coherencia cívica, implica para cualquier firma, el asegurar un impacto positivo de sus actividades a todos los niveles, empleados, clientes, proveedores, medio ambiente, Administración…contribuyendo de forma comprometida y honesta al desarrollo de su entorno y sin la pretensión de realizar una campaña de marketing social o de mejora de imagen.
Por otra parte, la actual crisis económica, lleva castigando a las empresas durante varios años, con una pérdida de potencial y recursos, encontrándose en ocasiones con equipos de trabajo poco motivados y con niveles salariales que se han contenido e incluso mermado.
El tejido empresarial se está esmerando en buscar soluciones inteligentes y alternativas a la retribución, que permitan incentivar a su personal, y les facilite estimular y recuperar esa motivación, en ocasiones perdida, sin comprometer unos recursos económicos de los que normalmente, no disponen.
Es por ello, ahora, el momento de aplicar políticas de Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial, que incluyan procesos de coaching.
Los procesos de coaching, tienen como objetivo la obtención del más alto progreso, tanto personal, como profesional para el coachee, quien suele experimentar una amplia transformación, al recibir el empoderamiento necesario para realizar cambios y ampliar su perspectiva.
Si en el proceso se aplica un enfoque orientado a la RSC, además de aplicar en su actividad diaria el “know-how” adquirido y conseguir trabajar de forma más honesta, solidaria, ética, sostenible y responsable, conseguirá también hacerlo de una forma motivada, productiva, competitiva y rentable. Además habremos conseguido crear un vínculo afectivo/emocional del empleado con su empresa.

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Este detalle, resulta de especial trascendencia en aquellas posiciones que mantienen un contacto directo con los clientes, ya que el enganche emocional del que hablamos, trae consigo una determinada forma de actuar, que finalmente es percibida por el consumidor, quien premia a la firma con su confianza y fidelidad, con toda seguridad, el mejor reconocimiento.
Como decía al principio, en un entorno especialmente competitivo, todas las empresas tienen el QUÉ, por lo que la ventaja diferencial para el cliente debe residir el CÓMO. El valor de una empresa reside en su equipo humano, su imagen como marca a nivel corporativo y la opinión o percepción que este binomio, genere en sus clientes.

responsabilidad social corporativa
El coaching, sin ninguna duda, facilita a las empresas la aplicación de políticas de Responsabilidad Social Corporativa, introduciendo valores y políticas que provean un comportamiento corporativo socialmente tolerante y en consonancia con el respeto a la dignidad humana, la diversidad y el medio ambiente.