Conducir puede ser para muchas personas, una forma de aliviar el estrés, alejarse de situaciones negativas o aclarar sus pensamientos. Para otras en cambio, ponerse al volante puede resultar increíblemente estresante por multitud de razones. La conducción requiere elevadas dosis de serenidad, sensatez, paciencia, atención y preparación.
Las Campañas gubernamentales de sensibilización hacia los conductores sobre los riesgos de ponerse al volante, se centran habitualmente en el uso del cinturón, evitar las distracciones y el uso del móvil, el control del exceso de velocidad, el estado del vehículo o la conducción bajo los efectos del alcohol y otras sustancias. Sin embargo, en pocas ocasiones se alerta sobre los peligros de conducir bajo el efecto intenso de las emociones.
La investigación ha revelado que experimentar emociones de forma intensa puede afectar al comportamiento de conducción de diferentes maneras. En primer lugar, puede provocar una conducción agresiva y, en segundo lugar, puede distraer la atención del conductor de la carretera y su entorno.
El Instituto de Transporte de Virginia Tech descubrió en 2016 que los conductores que experimentan emociones intensas mientras están al volante, tienen diez veces más probabilidades de sufrir un accidente
Cuando nos ponemos al volante, nunca estamos solos…aunque mantengamos un estado emocional equilibrado, inevitablemente estaremos interactuando con otros conductores con diferentes sensibilidades.
Aprender a gestionar nuestras emociones mientras conducimos, así como gestionar las reacciones ante conductores agresivos, son habilidades muy importantes para afrontar los constantes desafíos de la carretera.
Las emociones son parte de la vida y juegan un papel fundamental en nuestro proceso de toma de decisiones. Los estados emocionales intensos, en forma de tristeza, ira o incluso felicidad extrema, pueden afectar la conducción de manera similar a la fatiga, la intoxicación por alcohol/drogas o la distracción, inhibiendo la capacidad de tomar decisiones acertadas y modificando la forma en que los conductores evalúan el riesgo.
Formas en que las emociones extremas nos pueden afectar cuando conducimos
a-Nos podemos ver afectados por el fenómeno visión de túnel, un suceso que afecta a nuestra capacidad para percibir los estímulos del entorno, y lo que sucede alrededor y en el interior del automóvil, como si circulásemos a gran velocidad, con una notable perdida de la visión periférica.
b-Los recursos atencionales, se reducen, la capacidad y tiempos reacción son más lentos, lo que afecta la precisión y las habilidades de conducción, que necesitan una sincronización rápida y eficaz.
c-Se dificulta notablemente la anticipación ante situaciones de riesgo, algo que puede provocar decisiones más arriesgadas y exceso de velocidad.
d-Es más probable experimentar furia al volante, una de las emociones más peligrosas que puede desencadenar una escalada en picado hacia eventos negativos. El estrés, las conductas irritantes, las equivocaciones y sobre todo la falta de empatía entre los conductores hacen que con frecuencia se produzcan discusiones y hasta agresiones verbales o físicas. Estas últimas pueden llegar a ser incontrolables y muy peligrosas, porque nunca sabemos cómo puede reaccionar un conductor al que no conocemos.
¿Por qué nos enfadamos tanto al conducir?
¿Qué tiene el tráfico, que hace que la gente pierda el control tan fácilmente? Al contrario de lo que sucede con los peatones, que caminan por el exterior, mantienen contacto visual cercano y pueden interpretar fácilmente lo que la otra persona pueda hacer, hacia dónde va o que estado de ánimo puede tener, cuando vamos metidos en el habitáculo metálico de nuestro coche, no tenemos esas mismas habilidades…. Resulta más difícil que se produzca el mismo nivel de empatía dado hay unas barreras físicas que separan a las personas e inconscientemente se puede llegar a olvidar que dentro de cada vehículo hay otra persona. Es como si la carrocería del automóvil actuase a modo de armadura aislante e inexpugnable…. Mientras que dos peatones pueden sonreírse, incluso disculparse de forma amable y cortés si tropiezan el uno con el otro en la acera, esas dos mismas personas pueden reaccionar de forma totalmente opuesta al volante de sus vehículos.
TIPS Y RECOMENDACIONES
Intenta tomar medidas que puedan ayudarte a calmarte, para que puedas concentrarse únicamente en conducir y llegar a tu destino de manera segura. No hay fórmulas mágicas, todos somos diferentes, por lo que debes encontrar aquello que funcione para ti. A continuación, se ofrecen algunas sugerencias para no permitir que las emociones afecten a tu forma de conducir:
Respira profundamente algunas veces
La respiración profunda no es sólo para la meditación o una clase de yoga; También puede ayudar realmente a calmar los nervios en situaciones emocionales. Y no es necesario ser un catedrático en mindfulness para hacerlo bien. Si debes conducir, tómate uno o dos momentos para cerrar los ojos y respirar profundamente y relajarse hasta notar sensación de serenidad. La respiración profunda aumentará el suministro de oxígeno al cerebro, lo que estimula el sistema nervioso parasimpático, promoviendo así un estado de calma
Toma un descanso
Si respirar profundamente no es suficiente obtener la calma, probablemente necesites detener y salir del vehículo con seguridad y tomar un descanso para para despejar la cabeza. Todos reaccionamos de manera diferente ante las amenazas y, en ocasiones, la negligencia o las malas intenciones de otro conductor pueden hacernos estallar. Si sientes que tu ira, frustración o ansiedad aumentan, está bien detenerse. Puede ser útil además dar una caminata corta, o tomar agua, algún refresco o algo ligero para comer.
Escucha música relajante
Los distintos tipos de música tienen diferentes efectos en los conductores, por lo tanto, escucha aquella que te haga sentir tranquilo y concentrado mientras conduces, que te calme, y que no alimente las emociones que sientes. Muchos conductores encuentran especialmente relajante la música clásica y el jazz.
No aprietes el acelerador
Nunca es una buena idea conducir cuando alguien se siente especialmente apurado, estresado o presionado. Los conductores con estrés se sienten por lo general muy estimulados y tienden a impacientarse al volante, siendo esta es una de las principales causas de accidentes automovilísticos. Solo piensa en cuánto tiempo más perderás si te paran por una multa, o peor todavía, si te ves involucrado en un accidente
Pídale a otra persona que conduzca
Si estás en compañía de otra persona que se encuentra en mejor estado emocional y es un conductor seguro, puedes pedirle que tome el volante un rato mientras te vas serenando.
Prepara tu viaje y establece expectativas razonables
En los desplazamientos cotidianos sal antes de lo necesario para compensar el tráfico denso y los atascos, en especial si sabes que esta circunstancia se da de forma repetitiva y es algo habitual
De cara a un viaje, la planificación para posibles desafíos emocionales es importante para identificar posibles situaciones estresantes Esto te va a permitir prepararte mentalmente y gestionar tus emociones de forma eficaz.
Si es posible, utiliza un sistema de navegación dinámico que se actualice en tiempo real. Esto te proporcionará rutas alternativas en caso de encontrar la calzada en obras, o retenciones inesperadas, incluso si estás familiarizado con el destino.
Comprométete con intenciones positivas
Antes de conducir, puedes decidir cómo responder a los desencadenantes emocionales. Podrías decirte a tí mismo: «Si me encuentro con un conductor grosero, tengo la intención de superarlo y dejarlo pasar». O: “Si me quedo atrapado en el tráfico, disfrutaré respirando profundamente y agradeceré el oxígeno que llega a mis pulmones”.
Al establecer intenciones, puedes autosugestionarte de modo que, si esas señales finalmente ocurren, desencadenen una acción positiva, en lugar de un catalizador para que un patrón subconsciente negativo tome el control.
Muestra gratitud
Expresar gratitud puede impactar positivamente el bienestar emocional de aquellos con quienes se interactúa. El agradecer a otros conductores y comunicarse positivamente, recuerda que hay un ser humano detrás del volante. Esto puede fortalecer tu sensación de bienestar.
Dedicar un momento a pensar en lo afortunado que eres por poder conducir y llegar a tu destino también puede ayudarte a conectarte conscientemente en ese momento. La gratitud actúa como un boomerang y tiene efectos positivos sobre quien la da, quien la recibe y hasta quien la observa-
Es útil tener en cuenta que todo el mundo comete errores. Siempre es una buena idea tratar a los demás con el mismo nivel de respeto y amabilidad que le gustaría recibir de ellos.
Crea condiciones para la calma
Puedes crear condiciones para una óptima regulación emocional en tu entorno de conducción inmediato. Un aroma relajante, una posición de conducción cómoda, la temperatura adecuada y la elección correcta de la música, contribuyen a ello
Las interacciones positivas también pueden tener un impacto significativo. Quizás recuerdes algún caso en el que un conductor te permitió amablemente incorporarte en un cruce o te expresó su gratitud con una sonrisa. Estas experiencias positivas inesperadas pueden mejorar nuestro estado de ánimo, reducir el estrés y mejorar nuestra experiencia de conducción al fomentar una sensación de conexión.
Por supuesto, no siempre es posible evitar que las emociones se apoderen de nosotros cuando estamos al volante; las circunstancias pueden requerir que tengamos que conducir después de vernos involucrados en una emergencia o una confrontación. Pero, en cualquier caso, si tienes en cuenta estas recomendaciones, estarás mejor preparado para regular tus emociones, mantener la calma y la concentración mientras conduces, llegando de forma segura a tu destino.
Muy interesante y práctico
No nos damos cuenta de la importancia de apaciguar emociones cuando estamos sobre 4 ruedas y el riesgo que corremos
Hay personas que se transforman en autenticos cavernicolas cuando se suben en su auto.Comparto el post, Gracias
Que difícil resulta mantener los nervios de acero al volante, con tanto impresentable conduciendo. Estos consejos ayudan y son bien recibidos
Por muy buen estado emocional que tengamos mientras conducimos, siempre puede aparecer otra persona cuya conducta o acciones nos desequilibren.
La fórmula magistral para que eso no suceda, está líneas más arriba. Buen artículo
Mensaje recibido, si estas alterada, mejor no conduzcas
No vendría mal una campaña de la DGT sobre este tema.
Tengo un colega que es de lo mas tranquilo, educado y culto, Ahora bien, cuando conduce su coche parece otra persona y se vuelve impaciente, prepotente y grosero
Interesante lo de la falta de empatia cuando conducimos, respecto a cuando actuamos como peatones. Puede explicar muchas formas de actuar y conductas poco apropiadas en la carretera